Día 6º .- Lourenzá - Villalba. Esto ya esta chupao!

¿Qué tal?

La etapa de hoy ha sido la más corta hasta ahora, y si todo va como está planeado, será la más corta de nuestro camino.

Esta unía las localidades de Lourenzá y Villalba, y según el perfil, dejábamos las altitudes en torno a 100 metros sobre el nivel del mar para ubicarnos en torno a 500 metros, con lo que era una etapa de subida predominantemente.

Poco después de salir, llegamos a Mondoñedo, lugar donde visitamos la Catedral, reponemos energía en un bar, donde el hijo del dueño no se enteraba de nada. No se las veces que nos pregunto lo que queríamos para luego ponerlo mal…Y al salir del pueblo, mi hermano David, se dio cuenta de que un tornillo de las alforjas se le había perdido y las tenia sueltas. Tras reparar la avería, y desembolsar la escalofriante cifra de 10 céntimos por ello, creo que habrá sido, porcentualmente, la mayor propina de la historia, un 900% (90 céntimos)

Salimos de Mondoñedo, y nos preparamos para la subida al puerto de A Sextas, un tramo de unos 10 kilómetros de subida, los primeros 5 algo tendida y con sube y bajas y los últimos 5 mucho más duros, que cubrimos sin incidencias.

Después de la parte dura de la etapa, nos dejamos llevar, y ponemos un ritmo flojo, ya que únicamente nos quedan 20 km de etapa y es muy pronto, con lo que no tendremos problemas para cubrir los kilómetros del día en un plazo corto de tiempo.

Llegamos a Villalba, y antes de buscar alojamiento, decidimos irnos a comer de menú, ya que no teníamos que seguir pedaleando y podíamos darnos el “homenaje”, si es que comer 2 platos es un homenaje…Al cruzar la localidad, vemos que acaba la gente de salir de misa, y van todos arreglados, y nosotros con el traje de ciclista, y oliendo a chotuno, pero bueno, es que son las 3 y si nos vamos a cambiar y duchar nos dan las mil.

Después de comer, encontrar alojamiento y quedarnos un rato adormilados en la cama, decidimos dar un paseo por el pueblo, que está en fiestas y está bastante animado. Buscamos durante 1 hora algún lugar para escribir la crónica, pero nos resulta imposible. Está claro que este no es nuestro año!

Una de las cosas buenas de alojarnos todos los días en hostales, es que solíamos convencer a los encargados y nos ponían una lavadora con la ropa del día para que nos diera tiempo a que se secara, si no hubiera sido así, nos hubiera tocado lavarla a mano, como hicimos la otra vez, y es probable que muchos días no se hubiera secado a tiempo. Nos estamos aburguesando!

Tras el paseo, decidimos ir a cenar y a dormir, que al día siguiente nos esperaba otra etapa que nos acercaba mas al final de nuestro camino.

Las cifras de hoy son 47’550 km y 3h11’