La séptima etapa nos ha llevado desde Villalba a Sobrado de los Monjes. Han sido 57.900 km en 3h 12’. Esta vez hemos hecho las etapas más largas y duras al inicio del Camino, con lo que los últimos dÃas hemos podido gozar de recorridos más cortos, que han facilitado la recuperación de las piernas y que no se nos haya hecho demasiado duro.
El cielo amanecÃa nublado, pero no amenazaba tormenta, con lo que tenÃamos por delante un bonito dÃa de bicicleta. Nada más salir nos adentramos en sendas y caminos, que nos enseñaba la belleza del interior de Galicia y el perfil más o menos favorable, provocaba que nuestro ritmo fuera en torno a 20 km/h, gran ritmo, si tenemos en cuenta las alforjas y que mayormente Ãbamos por camino, bueno, y que llevábamos en nuestras piernas más de 450 km.
Al llevar unos 30 km de la etapa, al paso de la localidad de Xeitan, nos llamo la atención la música que salÃa de una casa decorada con motivos del camino. Nuestra curiosidad, hizo que paráramos al pensar que se trataba de un albergue.
Pero no se trataba de un albergue, si no del taller de un personaje peculiar, que se dedica a tallar las piedras y que nos estuvo enseñando sus obras, algunas impresionantes, y al cual le pedimos que nos sellara las credenciales. Primero nos puso un sello, y luego después cogió un soplete, lo encendió…imaginaos nuestras caras, al no saber que iba a hacer con el soplete, con lo que nos ha costado conseguir las credenciales, y ahora nos las quema!!!! Pero no, se trataba de ponernos un sello de lacra, cosa que nos sorprendió, ya que es el único sitio del camino, donde ponen esa clase de sello.
Después de charlar un rato con el hombre, seguimos nuestra marcha rumbo a Sobrado. Seguimos el rumbo marcado, aunque bajamos un poco el ritmo, ya que el perfil se hace más complicado y nuestras piernas lo notan.
De nuevo, y debido a que nos hemos dejado etapas más cortas para el final, llegamos a nuestro destino alrededor de las 3, lo que nos otorga la opción de comer como dios manda, ya estamos hartos de bocadillos…
Una vez ya alojados en la última pensión del camino, y después de lavar nuestra ropa y descansar un rato, decidimos dar un paseo a ver el monasterio cisterciense de Sobrado de los Monjes, lugar donde se encuentra el albergue.
Nos sorprende su tamaño y la mezcla de estilos y las distintas salas que tiene, pero lo que más nos llama la atención es una maqueta que hay de la Catedral de Santiago de Compostela, que será nuestro destino.
La vemos sorprendidos de su complejidad y de los adornos que la tienen y sin duda nos preguntamos cómo fueron capaces de construir una catedral como aquella en esa época y que se muestre en la actualidad con toda su plenitud.
Esta visión nos hace reflexionar con lo cerca que estamos de nuestro final, y al mismo tiempo sentimos pena de sentir que la aventura esta próxima a su fin. Han sido muchos dÃas, y aunque hayan sido duro, se crea un vinculo entre nosotros, mas después de otro camino previo, que hace que aunque estemos deseando llegar, también sintamos un poco de penilla.
Bueno, después nos vamos a un bar a ver el partido de España contra Chile, mientras nos comemos una empanada de carne, productos de la tierra.
Un saludo amigos.
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