En el inicio del camino

Buenas.

Pues nada… que hacemos otra vez el Camino de Santiago.

La primera vez fue en 2009 y, a decir verdad, lo hice sin apenas pensarlo. Fue un acto de fé… jeje.. puesto que se encargaron de la preparación mis 2 colegas de viaje (mi hermano Miguel y David… más conocido como “Pep” por su parecido físico con este tipo, jeje..). En esta ocasión repetimos los participantes…. Pero cambiamos algunas cosas.

- Me he comprado una bici de montaña… la compré justo cuando terminé el anterior camino y espero que me de más satisfacciones que la otra que alquilé en su día.

- Esta vez haremos el Camino del Norte… comenzando en Torrelavega y finalizando, a poder ser, en Santiago.

- Una vez más, hago el Camino tras 2 semanas de vacaciones… con el consiguiente bajón físico que supone hacer esto…. Porque han sido 15 días duros de playita y cervecitas variadas….de todos modos, hay que hacer de todo, ¿no?

- Esta vez voy mentalizado de a lo que voy. Para bien o para mal, siempre, la primera vez te marca. En mi caso personal, si repito es porque me marcó “para bien”.

No todo el mundo comprende que “gastes” parte de tus vacaciones en hacerte más de 500 km con “la casa a cuestas”, y tus piernas como único motor. Pero es así…
Y poco más, que espero disfrutar mucho de las 8 etapas que vamos a hacer. Espero disfrutar de una experiencia deportiva – cultural y, aunque no se lo crea nadie, tal vez algo religiosa…. Sí, así els…. afloran sentimientos que desconoces cuando te pasas el día viendo iglesias, catedrales y viendo la fé que tienen cientos de peregrinos en llegar a Santiago…. No sé, te vuelves mejor persona (aunque sé que no hace falta hacer esta peregrinación para ser mejor persona…. Que nadie lo malinterprete)… Eso fue lo que más me llamó la atención la última vez que hice el Camino… que estuve unos días como en una nube…. La sensación de sentarse en un coche, avión…. O lo que sea por primera vez tras haberte pasado casi 700 km’s (en su día) pedaleando…. La obligación de volver a levantarte temprano con el fastidioso despertador, la rutina, la vuelta al cole de septiembre, todo eso que es cotidiano, lo ves de otro modo tras estar en medio de la nada, en la montaña…. Jeje.. Y eso es justo una de las cosas que más me mueven a hacerlo… porque la experiencia es muy recomendable.

Tan sólo pido que nos respeten las caidas, que no tengamos lesiones ni enfermedades que nos retengan para llegar a Santiago y que la bici se porte como todos esperamos. Por más pedir,,,, por qué no?... pues que nos respete un poco el tiempo y que no llueva demasiado. Del resto nos encargamos nosotros, como buenos BICIGRINOS.


Ya sólo queda desearnos BUEN CAMINO.

David.